FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

ARNOLD SCHÔNBERG-EUROPA

 

Arnold Schönberg, fue un músico vienés (después estadounidense) que  también pintaba. Como músico revolucionaría el siglo XX, inventando eso de la disonancia, poco comprendida por la  crítica y el  público.

Schönberg nació para la música. De niño se inició en forma  autodidacta. De joven, con varias obras maestras ya escritas, decidió que el sistema armónico tonal estaba en crisis y había que superarlo. Se convirtió, entonces, en un músico atonal.

Kandinsky diría de él: “Vemos que en cada cuadro de Schönberg habla el deseo interno del artista de una  forma que le es propia. Al igual que en su música,  renuncia a lo superfluo,  yendo directamente a la búsqueda de lo esencial”

La llegada de los nazis en 1933 hizo que Schönberg tuviera que exiliarse, ya no por ser judío, sino por su condición de compositor moderno, cuyas obras escapaban por completo del entendimiento de los nuevos gobernantes del Imperio Alemán. Estados Unidos sería su nuevo hogar donde pudo enseñar música y pintar de vez en cuando.

fuente: https://historia-arte.com/artistas/arnold-schoenberg