El nacimiento de la sociedad musical entre Verónica Condomí y Liliana Vitale fue hace cuatro décadas. Pero ojo que no estamos hablado de dos señoras mayores que se han puesto a sacar cuentas. Eran dos adolescentes cuando comenzaron a cantar juntas, en el seno de M.I.A. el colectivo musical.
El dúo perduró en el tiempo, no como esos grupos de actividad ininterrumpida sino como una especie de sello distintivo que estas dos cantantes supieron imprimir dentro de la música popular argentina, sin necesidad de tomarlo como un trabajo full time. Cada una encaró sus proyectos y cruzó su camino con el de la otra cuando lo sintió necesario.
En cada evolución -de raíz folklórica, pero en un sentido muy amplio-, plasmada en cada reencuentro, permaneció la esencia vocal de su trabajo y lo que mutó fue aquello relacionado a los signos que cambiaron con los tiempos; incluso los cambios personales de cada una. Si al principio la exploración vocal estaba puesta en primer plano, con los años se delinearon con un trazo más grueso otros horizontes. Es decir: el juego vocal sigue siendo protagonista, pero se fue poniendo al servicio de objetivos mayores.´