FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

LA GUARDIA HEREJE-ARGENTINA

 

El 31 de agosto se cumplió una década sin Alorsa. Hombre noble, artista de buena madera y corazón solidario y creativo, Jorge Pandelucos dejó su sabia impronta en un contexto de reverdecimiento del tango. Lo hizo con La Guardia Hereje, el grupo que, desde Tolosa -su base de operaciones- fue una de las plataformas para el despegue contemporáneo del género.

 Alorsa se fue temprano. Con tan solo 38 años, una sorpresiva descompensación cardíaca le arrebató los días de la vida. “Me gustaría, si se puede, que vuestra atención no se centrara sobre mí sino sobre La Guardia Hereje que es un proyecto artístico más rico e interesante, digo, de pronto, me parece”, comentaba “el gordo” en un texto autobiográfico.

 En esa confesión escrita, y siempre con su humor encima, Alorsa también contaba: “Fui integrante peregrino de coros y bandas rockers y bluseras, saxofonista, viajé a Europa con unas pistas de tangos clásicos grabadas (¡tipo karaoke… una vergüenza!) y ahora me quiero salvar con La Guardia Hereje, que se está transformando de un hobby a un proyecto de vida”.