Pablo Aslan es de esos músicos dinámicos que andan haciendo
patria por el universo.
A más de treinta años de haberse radicado en Nueva
York, acaba de editar un sesudo trabajo dedicado al contrabajo llamado Works
for Bass and String Quartet, pero sus músicas hay que leerlas en perspectiva
larga.
Desde 1993, si se quiere tomar como base temporal su anclaje en la urbe
bestial, cuando formó el huidizo trío Avantango. Y debutó en bateas con un
disco llamado –casi– igual que el antepenúltimo de Pajarito Zaguri: Y en el
2000 también.
Luego llegó Piazzolla en Brooklyn, después Tango
Grill. “Lo que me encanta
de presentarme en el marco de un festival de jazz es que me siento más libre…
no tan atado a que suene o no a tango, quiero decir”, esboza Aslan,
puntualizando el contexto.
–¿Lo suyo es tango o jazz, entonces?, le preguntaron–Se le dice
jazz-tango o tango-jazz. Yo hace mucho que uso esa etiqueta y, aunque siempre
me sonó ampulosa, describe lo que estoy encarando. Yo vengo del tango, sí, pero
me considero un músico de jazz en el sentido amplio del concepto. O sea, mi
lealtad no es ni al swing ni al blues ni a los standards, es a la libertad. Y
el lenguaje que me gusta explorar, haciendo uso de esa libertad, es el tango.
Mi aprendizaje y desarrollo estilístico viene por ahí. No sé si al oído porteño
sonará como jazz o como tango, pero creo que es una mezcla original y, al ser
espontánea, no tiene más remedio.
fuente: https://www.pagina12.com.ar/156245-soy-leal-solamente-a-mi-libertad