FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

PABLO ASLAN-ARGENTINA


 Pablo Aslan es de esos músicos dinámicos que andan haciendo patria por el universo. 

A más de treinta años de haberse radicado en Nueva York, acaba de editar un sesudo trabajo dedicado al contrabajo llamado Works for Bass and String Quartet, pero sus músicas hay que leerlas en perspectiva larga. 

Desde 1993, si se quiere tomar como base temporal su anclaje en la urbe bestial, cuando formó el huidizo trío Avantango. Y debutó en bateas con un disco llamado –casi– igual que el antepenúltimo de Pajarito Zaguri: Y en el 2000 también. 

Luego llegó Piazzolla en Brooklyn, después Tango Grill.  “Lo que me encanta de presentarme en el marco de un festival de jazz es que me siento más libre… no tan atado a que suene o no a tango, quiero decir”, esboza Aslan, puntualizando el contexto.

–¿Lo suyo es tango o jazz, entonces?, le preguntaron–Se le dice jazz-tango o tango-jazz. Yo hace mucho que uso esa etiqueta y, aunque siempre me sonó ampulosa, describe lo que estoy encarando. Yo vengo del tango, sí, pero me considero un músico de jazz en el sentido amplio del concepto. O sea, mi lealtad no es ni al swing ni al blues ni a los standards, es a la libertad. Y el lenguaje que me gusta explorar, haciendo uso de esa libertad, es el tango. Mi aprendizaje y desarrollo estilístico viene por ahí. No sé si al oído porteño sonará como jazz o como tango, pero creo que es una mezcla original y, al ser espontánea, no tiene más remedio.

fuente:  https://www.pagina12.com.ar/156245-soy-leal-solamente-a-mi-libertad