Compongo de la misma manera que vivo. Seguiré componiendo
tanto tiempo como pueda, pero no se que me traerá el futuro. Nunca planifico
mis composiciones o los estilos que voy a usar. Sobre todo vienen de cómo veo
el mundo y de pensar la música.
La música también es un misterio. Poco se puede contar de este misterio con palabras, frases o un texto. Sin embargo, podemos alcanzar ese misterio y contárselo a los otros a través del sonido.
A veces pienso que la música es como un olor. Se dice que
nos enamoramos de otros por cómo huelen. Algo de lo que no somos conscientes.
La música tiene un poder similar a esos olores por lo que nos afecta
profundamente.
Por eso, mis óperas buscan ir más allá de las palabras y de
las historias. Son obras abiertas porque cada uno tiene sus propias
experiencias y las vivirán de forma muy personal.
La razón por la que comencé a introducir la voz en mis
composiciones fue que la poesía que leía me proporcionaba ideas musicales.
La voz es un instrumento musical excepcional porque procede
directamente de nuestro cuerpo. Nos comunicamos con la voz, no con lo qué
decimos sino la manera cómo lo decimos.
Además, la mejor manera de decir cosas importantes a los
otros es decírselas de viva voz en vez de escribirles mensajes. Los mensajes
escritos son siempre mensajes que tienen que ser descifrados. Son solamente
textos.
FUENTE: https://womans-soul.com/kaija-saariaho-una-compositora-que-se-niega-a-ser-etiquetada/