FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

LADY SMITH BLACK MAMBAZO Y AMAMPONDO-SUDAFRICA

 


Ladysmith Black Mambazo con sus voces llenas de sentimiento y movimientos tradicionales de baile Zulu, han mezclado las armonías vocales para llevar al público a un viaje musical durante casi medio siglo.

El legendario grupo coral masculino ha vendido millones de álbumes en todo el mundo, ha colaborado con íconos de la música como Paul Simon, y Nelson Mandela se cuenta como uno de sus muchos seguidores. El venerable ganador del Premio Nobel de la Paz describió al grupo como “embajadores culturales de Sudáfrica”.

En 1993, por solicitud de Mandela, el grupo acompañó al futuro presidente a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz en Oslo, Noruega, y un año después, la banda cantó nuevamente en su toma de posesión. En 2003, Mandela los reclutó nuevamente como embajadores para su campaña global de concientización del VIH/sida, 46664, nombrado con su número en prisión.

Al igual que el ícono que combatió el apartheid, el grupo ganador de premios lleva un mensaje de paz y esperanza en su música.