FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

GIYA KANCHELI-GIORGIA

 

Giya Kancheli (1935-2019) fue un compositor georgiano. Nació el 10 de agosto de 1935 en Tiflis, Georgia, y residió en Bélgica. Después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, Kancheli vivió primero en Berlín y, a partir de 1995, en Amberes, donde se convirtió en compositor residente de la Orquesta Filarmónica Real Flamenca. Falleció en su ciudad natal, Tiflis, a los 84 años.

Kancheli escribió siete sinfonías y una liturgia para viola y orquesta, llamada Mourned by the Wind.

Kancheli incorporó elementos del folklore georgiano en su música. Utilizó escalas y ritmos característicos de la región, creando una conexión con la tradición musical local.

La espiritualidad también desempeñó un papel importante. Su música a menudo evoca una sensación de misticismo y contemplación, similar a las antiguas liturgias ortodoxas georgianas.

Kancheli vivió durante tiempos turbulentos, incluida la disolución de la Unión Soviética. Sus composiciones reflejan la angustia y el dolor causados por los conflictos políticos y sociales  y el  exilio también influyó en su música. La distancia de su tierra natal lo llevó a explorar temas de pérdida y búsqueda de identidad.

En resumen, Giya Kancheli fusionó su herencia georgiana con influencias globales, creando una música emotiva y profundamente personal.