FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

LEOPOLDO FEDERIDO-ARGENTINA

 


Leopoldo Federico es uno de los bandoneonistas más importantes de la historia del tango. Desde 1944 fue integrante de notorias orquestas como las de José Servidio, Di Adamo-Flores, Juan Carlos Cobián, Alfredo Gobbi, Osmar Maderna, Astor Piazzolla, Miguel Caló, Emilio Balcarce, Carlos Di Sarli, Osvaldo Manzi, Héctor Stamponi, Mario Brugni, Florindo Sassone, Alfredo Malerba y Horacio Salgán. Protagonizó conjuntos junto a grandes como Roberto Grela, entre otros, y, desde 1952, ha sido también director de sus propias orquestas en las que se desempeñaron numerosos músicos solistas y cantantes, como el recordado Julio Sosa en su etapa de mayor éxito. A lo largo de extensas y detallas entrevistas, el propio Leopoldo Federico cuenta su historia como músico, que es, de alguna manera, la historia misma del tango de la segunda parte del siglo XX.