FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

BEATRIZ FERREYRA-ARGENTINA

 

Beatriz Ferreyra, nacida en 1937, es una compositora argentina pionera cuya obra ha moldeado significativamente la música electroacústica y concreta. A lo largo de una carrera que abarca más de sesenta años, Ferreyra ha centrado su trabajo en la manipulación del sonido grabado, distanciándose deliberadamente de los instrumentos tradicionales para explorar nuevas dimensiones sonoras.

Su contribución más destacada reside en su adopción de la música concreta, un género que utiliza sonidos extraídos de la vida real (como ruidos cotidianos o grabaciones de la naturaleza) como elementos fundamentales de sus composiciones. En lugar de centrarse en la melodía o la armonía convencionales, Ferreyra investiga profundamente las texturas y timbres de estos sonidos. Sus piezas son a menudo acusmáticas, invitando al oyente a una escucha pura, donde la atención se fija en el sonido mismo sin la necesidad de identificar su fuente original. A través de técnicas como la superposición, la reversión y la transformación digital, Ferreyra es una verdadera exploradora sonora, creando paisajes auditivos complejos, a menudo abstractos, que revelan las propiedades ocultas del sonido.