FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

SINIKKA LANGELAND-NORUEGA

 

En el corazón de Finnskogen, el místico "Bosque de los Finlandeses" en la frontera entre Noruega y Finlandia, la música no es solo un arte, sino una extensión de la tierra misma. Allí habita Sinikka Langeland, una artista cuya biografía y obra son inseparables del paisaje que la rodea. Nacida en 1961 de raíces mixtas noruego-finlandesas, Sinikka encarna el espíritu de los inmigrantes del siglo XVII que llevaron consigo sus creencias chamánicas a los bosques boreales. Su identidad personal es un puente entre el folklore ancestral y la sensibilidad contemporánea, marcada por una vida dedicada a rescatar la tradición oral de la región de Solør.

El eje de su universo artístico es el kantele, el arpa de mesa finlandesa. Bajo sus dedos, este instrumento de cuerdas cristalinas deja de ser una pieza de museo para convertirse en una orquesta de resonancias infinitas. Sinikka no solo interpreta; ella narra a través de las cuerdas, uniendo su voz —una herramienta capaz de alcanzar los matices del runesang (canto rúnico)— con las estructuras de la música antigua. Sin embargo, su genialidad reside en no haberse quedado anclada en el pasado. Al unirse al prestigioso sello ECM Records, logró una fusión magistral con el jazz nórdico, permitiendo que la improvisación moderna respire dentro de las baladas medievales y los himnos religiosos populares.

Escuchar a Sinikka Langeland es asistir a un ritual donde la música borra las fronteras entre lo humano y lo divino, lo antiguo y lo moderno, recordándonos que el arte más profundo es aquel que sabe escuchar el pulso de sus raíces.