La realidad es que existen
pocas mujeres en la Historia de Jazz. Emily
Remler fue una de ellas, un talento sensacional cuyas peligrosas
adicciones le pasaron factura mortal con sólo 32 años. Una estrella fugaz que
demostró su impresionante técnica e inigualable sensibilidad durante la década
de los 80
.

Nacida en Nueva York, Emily Remler estudió en el Berkley College de Boston y se graduó con sólo 18 años. Allí se enamoró del sonido de Wes Montgomery, su ídolo, aunque fue el gran Herb Ellis quien la descubrió y la empujó al circuito de jazz. En 1981 grabó su primer disco en solitario “Firefly”, una mezcla de temas propios y estándar de toda la vida.
Una de sus frases célebres que
definirían sus intenciones decía: “Debo
parecer una bonita chica judía de Nueva Jersey, pero por dentro soy un
enorme hombre negro de cincuenta años con un pulgar gigante, como Wes
Montgomery”.