Jelly Roll Morton, fue un
pianista de bares y casinos a principios del siglo XX, así como uno de los
pioneros más relevantes dentro de la concepción del jazz.
Después de haber crecido con una educación musical, Morton comenzó a
recorrer los Estados Unidos a la corta edad de 17 años, compartiendo los
arreglos musicales que solía tocar en su trabajo, componiendo melodías a lo
largo de sus viajes, entre las cuales se encuentra Wolverine Blues, resaltando
el toque español dentro de lo que comenzaba a conocerse como jazz.
Después de un tiempo y tras fracasar en numerosas ocasiones, Morton
consigue la oportunidad de hacer unas cuantas grabaciones en la Biblioteca del
Congreso Norteamericano, las cuales le tomaron casi dos años en acabar. Durante
esa época, Morton consigue contrato con una disquera, la cual lo introduce al
grupo “Red Hot Pepper”, con la que grabaría más de quince piezas, las que son reconocidas como el mejor
testimonio del jazz original.
Para finales de 1928, Morton se ve obligado a dejar Chicago para
empezar una carrera en Nueva York, en donde se da cuenta que un nuevo estilo
comienza a nublar el suyo, lo que lo llevó a terminar trabajando como pianista
en un sencillo club en Washington llamado “The Jungle”, en donde fue reconocido
por Alan Lomax, quien le dio la oportunidad de grabar lo que se convertiría en
el éxito de su carrera.
Jelly Roll Morton tal vez no haya sido el mejor ejemplo de ser humano, pero sus composiciones convirtieron al jazz en lo que conocemos hoy en día, a través de una rítmica llena de pasión y locura. Adjetivos que describen la vida del ya fallecido compositor