A los 71 años "la reina del bullerengue" no deja
de cautivar con su voz imponente y aguda adornada de ritmos afro-colombianos.
En los álbumes "Bonito que canta" y "Las penas alegres"
alterna danzas rituales con letras de carnaval, heredadas de una tradición oral
que aprendió de su bisabuela.
En el caribe colombiano la música local suena en todos los
pueblos durante el día y la noche. La infinidad de ritmos no son fáciles de
distinguir para el visitante desprevenido. Fandangos, porros, champetas,
cumbias, chalupas y vallenatos se suceden sin cesar bajo el calor abrasador. Y
todos invitan a mover el esqueleto.
Después de un tiempo, entre tanto intérprete, asoma lo
diferente. Y es fácil reconocer la voz aguda e imponente de Petrona Martínez,
"la reina del bullerengue", quién a los 71 años sigue lavando la ropa
a mano, cocina y cuida sus plantas de mandioca en Palenquito, el lugar donde
vive, canta y nacen los versos de sus canciones.