FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

AQUELARRE-ARGENTINA

 

Aquelarre fue una banda argentina de rock formada en 1971. Sus miembros incluyeron a Rodolfo García (batería y voz), Emilio del Guercio (bajo y voz), Hugo González Neira (teclados y voz) y Héctor Starc (guitarra y voz).

Dos de ellos, Rodolfo García y Emilio Del Guercio, eran ex miembros de Almendra. Juntos, crearon una base rítmica sólida complementada por la guitarra vertiginosa de Héctor Starc y el teclado blusero de Hugo González Neira. La voz de Emilio del Guercio evocaba los mejores momentos de Almendra, y el canto bluseado de González Neira le daba a Aquelarre un colorido especial.

Aquelarre tocaba principalmente rock progresivo y blues rock. Se destacaban por su habilidad para fusionar elementos del rock con letras poéticas y una sólida base instrumental.

Su álbum homónimo de 1972 es especialmente apreciado por su calidad musical y lírica.