FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

MARIA BETHANIA-BRASIL

 

Maria Bethânia Viana Teles Veloso, nacida en Bahía el 18 de junio de 1946, es una de las voces más importantes de Brasil y un ícono de la Música Popular Brasileña (MPB).

Bethânia inició su carrera en los años 60, uniéndose a la vanguardia artística del tropicalismo junto a su hermano Caetano Veloso, Gilberto Gil y Gal Costa. Su primer gran éxito, "Carcará" (1965), la catapultó a la fama, revelando una voz poderosa y un estilo dramático que se convertiría en su sello.

A lo largo de su trayectoria, exploró géneros que van desde la samba y la bossa nova hasta el bolero, y transformó sus conciertos en rituales donde la poesía y la teatralidad se fusionan. Su álbum "Álibi" (1978) se convirtió en el primer disco de una artista femenina brasileña en vender más de un millón de copias.

Su voz ha sido un vehículo para dar vida a los poetas y compositores más importantes del país, preservando y reinterpretando la tradición musical. Su legado demuestra que la autenticidad y el talento son claves para perdurar, consolidándola como una de las voces más vibrantes del alma brasileña.