FUNDAMENTO

Según el economista “hereje” chileno Manfred MaxNeef, las necesidades humanas son las mismas en todas las épocas y culturas. Lo que sí cambia de una época a otra (y de una cultura a otra) es la forma de satisfacerlas. Las necesidades identificadas son nueve: subsistencia, protección, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad e identidad. La música tiene relación con varias de esas necesidades humanas.

Con la subsistencia, al relacionarse con el descanso y la salud mental.
Con la necesidad de afecto, al sustentar espacios de encuentro, permitir en ellos la expresión de emociones, pilares de la amistad. Con la de entendimiento, al promover la curiosidad, la disciplina y los ámbitos de interacción formativa. Con la del ocio, al justificar el uso del tiempo libre y la realización de espectáculos o acompañar nuestra privacidad.

Con la de Creación, para los que descubren y desarrollan habilidades en el canto, algún instrumento o la danza.
Para con la de libertad, para los que llegan a ser rebeldes y audaces. Y, por último, con la identidad: porque anima los sentimientos de pertenencia y autoestima (en este orden) porque constituye un símbolo, un lenguaje o un valor para determinados grupos, generando ámbito de contención (muy importante en los jóvenes), porque favorece el conocimiento propio y del otro; y porque cumple un rol constituyente en la memoria histórica de los pueblos.

Teniendo en cuenta estos enunciados, LUZ PARA MUNDOS REMOTOS pretende contribuir al desarrollo de la capacidad de audición atenta de la música del mundo, en sus eventuales y oportunos oyentes.

Río Colorado, Río Negro, mayo 2006.

CASSANDRA WILSON-EEUU


Cassandra Wilson (Jackson, Misisipi, 1955) es una de las vocalistas más influyentes y distintivas del jazz contemporáneo, reconocida mundialmente por su voz profunda, sensual y su audaz capacidad para fusionar géneros, trascendiendo las etiquetas tradicionales. Su carrera es un testimonio de creatividad constante y riesgo artístico.

Tras una breve estancia en Nueva Orleans, Wilson se traslada a Nueva York, donde se une al colectivo M-Base, un movimiento de jazz vanguardista y complejo liderado por Steve Coleman. Esta etapa inicial la consolidó en la escena neoyorquina, mezclando jazz con funk y rap.  

El mayor legado de Cassandra Wilson radica en su visión de que "todas las músicas viajan por un solo río", derribando las fronteras estrictas del jazz y expandiendo sus posibilidades:

Cassandra Wilson es, en esencia, una artista recolectora y transformadora que ha enriquecido el panorama musical global al demostrar que la tradición y la audacia pueden coexistir para crear un género propio, un sonido que es "simplemente, la reina de su propio género".